Desde que se aprobó el disulfiram por parte de la Food and Drug Administration en 1949, este agente fue durante 50 años la única droga utilizada en Estados Unidos para el tratamiento de la dependencia alcohólica. Sin embargo, en 1994, este misma entidad aprobó la naltrexona, un antagonista opioide, para tratar el alcoholismo.
Como consecuencia del aumento de interés por parte de las compañías farmacéuticas por la búsqueda de drogas para tratar el alcoholismo, varios compuestos para el tratamiento están siendo estudiados en pruebas clínicas en los Estados Unidos. Por ejemplo, el acamprosate, un derivado de amino ácido que afecta a la neurotransmisión del ácido aminobutirico y del amino ácido excitatorio (glutamato), ha sido estudiado en muchos países de Europa y ahora se está usando clínicamente.
El estudio del ondansetron por parte de Johnson en este Journal es importante por dos razones. En primer lugar, el estudio demuestra un efecto diferencial sobre el consumo de alcohol de este antagonista selectivo de los receptores de serotonina 5-HT3 como función de la edad en que comienza el alcoholismo. En segundo lugar, el estudio ejemplifica un papel potencial en el tratamiento del alcoholismo para una medicación con un mecanismo de acción bien definido.
De acuerdo con la literatura que sostiene un rol importante para la neurotransmisión serotoninérgica en la fisiopatología de la dependencia alcóholica, particularmente en pacientes con inicio temprano de la enfermedad (25 años o menores), Johnson y sus colegas encontraron un efecto beneficioso selectivo del ondansetron en este subgrupo. Específicamente, encontraron que con una dosis de 4 µg/kg dos veces por día, ondansetron era superior comparado con placebos en la cantidad de días de abstinencia y en la intensidad del consumo de alcohol entre pacientes con un inicio temprano de la enfermedad. Entre los pacientes con un inicio tardío de la enfermedad (luego de la edad de 25 años), los efectos de ondansetron sobre el comportamiento adictivo era comparable en todos sus efectos con los del placebo.
El inicio temprano del alcoholismo está caracterizado por un mayor porcentaje de incidencia familiar, mayor severidad en la progresión de la enfermedad y mayor severidad de trastornos psiquiátricos, particularmente trastornos de la personalidad antisocial. De acuerdo a los descubrimientos, el ondansetron podría ser usado para tratar a los pacientes con alcoholismo temprano mientras que un inhibidor selectivo de la recaptación de la serotonina podría ser usado en pacientes con alcoholismo de bajo riesgo o baja severidad, un grupo que está caracterizado por la aparición tardía de la enfermedad.
Estos descubrimientos también sugieren un potencial para el desarrollo de estrategias farmacogenéticas para tratar la dependencia alcohólica. La identificación de la variación genética que media los diferentes efectos de la medicación en los subgrupos de pacientes con dependencia alcohólica ( en los genes que codifican para los receptores serotoninérgicos o en los transportadores de serotonina) podrían proveer una base para desarrollar tratamientos farmacológicos para los pacientes individuales. Los rápidos desarrollos en la tecnología de genotipificación promete poner las aplicaciones clínicas de estos conocimientos al alcance de los médicos quienes podrán aplicar estos tratamientos para adaptarse a la necesidad individual de cada paciente. Los estudios familiares a gran escala sobre la dependencia alcohólica han identificado loci genéticos que están vinculados con la enfermedad en humanos.
Se necesita mayor progreso en las ciencias básicas y clínicas para sostener el paso de los desarrollos en la farmacoterapia del alcoholismo. Además, la introducción de algunas medicaciones eficaces cambiará el sistema de tratamiento para las personas con dependencia alcohólica.
El interés por los médicos para un buen diagnóstico de la depresión y dependencia de narcóticos parece, hasta cierto punto, ser una respuesta a la amplia disponibilidad de medicaciones bien-toleradas y efectivas para tratar estos trastornos. Los nuevos desarrollos en la farmacoterapia del alcoholismo, en el cual el estudio de Johnson es una contribución importante, prometen sumar a la dependencia alcohólica al grupo de trastornos de comportamiento que pueden ser efectivamente diagnosticas y tratadas.
Fuente: Journal of American Medical Association, Vol. 284, Número 8, (Agosto 23/30, 2000)