¿Y por qué no una mente global?

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En primer lugar he de advertir que el presente artículo es sumamente especulativo. Quiero decir que intentar «pasarlo» por el «tamiz científico» al uso, huelga de antemano. Precisamente mi intención es ir más allá, mucho más allá; pretendo que no se queden cosas en el tintero, quiero decir, aquellas cosas o cuestiones para mí sustanciales y que por su propia idiosincrasia quedarían fuera del ámbito científico clásico, siendo como son más propias de la filosofía o la metafísica. Así que la especulación la entiendo desde este prisma, que aún siendo imaginario pretende circunscribirse al terreno de una lógica guiada por la intuición.

¿Y por qué no una mente global?
Alejandro Álvarez Silva
AntropologíaEvoluciónFilosofía
http://simbiotica.wordpress.com

El sentido común es el instinto de la verdad. (Max Jacobs)

Existe un «nexo interconectivo» entre las mentes que funciona como una mente global u holística.

En primer lugar he de advertir que el presente artículo es sumamente especulativo. Quiero decir que intentar «pasarlo» por el «tamiz científico» al uso, huelga de antemano. Precisamente mi intención es ir más allá, mucho más allá; pretendo que no se queden cosas en el tintero, quiero decir, aquellas cosas o cuestiones para mí sustanciales y que por su propia idiosincrasia quedarían fuera del ámbito científico clásico, siendo como son más propias de la filosofía o la metafísica. Así que la especulación la entiendo desde este prisma, que aún siendo imaginario pretende circunscribirse al terreno de una lógica guiada por la intuición.

Después de este preaviso que considero necesario para no defraudar expectativas, mi deseo, eso sí, es que lo siguiente constituya un verdadero acicate para nuestra imaginación.

En escritos anteriores emití la hipótesis de la negación de la existencia real del mundo neoplatónico matemático de Roger Penrose, sustituyéndolo por una especie de «nexo interconectivo» entre las diversas mentes. Pues bien, el motivo del presente trabajo es ahondar, ir un poco más lejos en la misma, bien es verdad que ya en los mismos escritos podían entreverse las características que pretendo ahora hacer manifiestas.

Negué el mundo matemático de Penrose como entidad independiente, con existencia real fuera de las mentes o campos mentales. Y es que considero que las matemáticas mismas inundan el mundo material, que para mí es pura matemática -conocida o no- y al que adorno con el calificativo de «realidad física», a la cual añadiría, también, la realidad de la función de onda cuántica, con lo que esto último supone.

Pero ese mundo matemático no existe (en sus «elementos definibles») fuera del mundo material, y de las distintas mentes. Es decir, no forma un cuerpo neoplatónico aparte.

Vuelvo a decantarme por la existencia del «nexo interconectivo» entre las mentes, que en cierto modo constituiría una mente global u holística, una especie de «mente única», eso sí, con características diferentes a las de las mentes conocidas, y por supuesto de la humana.

Este «nexo», al que llamaré «mente holística de interconectividad» (MHI), sería en su comportamiento, algo así como la función de onda cuántica (pura matemática probabilista): dicha función desaparece de inmediato tras la «decantación» de un «hecho» o posibilidad (colapso) de entre las existentes. ¿Cuál sería aquí la «decantación» o colapso de la MHI? En esta ocasión correspondería a la «reverberación», acaecida en los elementos materiales de la mente o las neuronas, «reverberación» particular que comprende los llamados «elementos matemáticos» (u otros que citaré más tarde) exclusivamente, pues la mente es un complejo de varios «subcampos» (sensaciones, entendimiento, etc.). Al proceso lo apellidé «reverberancia».

La existencia de la MHI supone un comportamiento global adornado de la propiedad puramente cuántica de la no-localidad ampliada (entrelazamiento cuántico), en la que no influye el espacio, pero, también, una no-localidad temporal (recordemos que el tiempo puede ser considerado una coordenada temporal, según la teoría relativista). El resultado práctico para todo el campo mental que supone la globalidad de todas las mentes, es la «interconectividad global» u holística de todas ellas: una decantación -colapso- de la MHI debida a la acción (simplemente la posibilidad de una medida) de cualquier «agente» (mente), queda «petrificada» -si queremos usar tal término- en una «objetivación», un «hecho» así «impuesto» de algún modo a todos los demás agentes (mentes), lo que representa la conformación de una «historia común», intersubjetiva, al estilo de una cierta materialización en cuanto su objetividad, que representarían los «elementos matemáticos», y por cierto, por la ya citada propiedad de la no-localidad ampliada, extensible a todo el espacio y el tiempo (pasado, presente y futuro).

Desde tales planteamientos existe la realidad de la MHI al estilo de la realidad de la función de onda cuántica (pura matemática probabilista), que desaparece en cada «colapso» de la misma, y la realidad de los «elementos matemáticos», que sólo «habitan» en las mentes de los individuos, intersubjetivamente, que en este caso coincide con la objetividad, que es lo mismo que la «consistencia» en el campo matemático.

Ahora sí, podemos ampliar la intersubjetividad apreciada en el campo matemático, como «parte» del campo mental, a otros componentes mentales que forman subconjuntos diferenciados como podrían ser (delimitando ciertas características) el arte, la belleza, etc.

No hace falta decir, una vez más, que las mentes en su propio despliegue construyen nuevas teorías matemáticas, a partir de los elementos que abstraen de la naturaleza, que vuelven a aplicar a la misma, obteniendo un retorno que hace evolucionar la matemática. Así hay un feedback continuo que enriquece tanto al campo matemático mental abstracto, como a la materia, «poso» de tal desarrollo.

Es una especie de «creación continua» entre mundo y mente, en la que no puede adivinarse el «verdadero creador», si el mundo o la propia mente (nuevamente, la paradoja del huevo y la gallina).

Es evidente que queda fuera de mi alcance, yo diría que de cualquiera, la demostración o prueba de cada punto de la hipótesis expuesta, pero ante la inmensidad del horizonte que nos presenta yo me pregunto: ¿es digna de tomarse en consideración?

Y me respondo: ¿Y por qué no?

Autor: Alejandro Álvarez Silva
Fuente: RED Científica
Web: http://www.redcientifica.org



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