Rizzolatti: “Todos somos capaces de sentir la emoción del otro”

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El neurobiólogo italiano Giacomo Rizzolatti es considerado el descubridor de las neuronas espejo, que juegan un rol esencial en la imitación y la empatía. De visita en la Argentina, invitado por la UNSAM, Rizzolatti participó de diversas conferencias y recibió el título de doctor Honoris Causa por su aporte a las ciencias del cerebro.

Por Vanina Lombardi
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Agencia TSS – Giacomo Rizzolatti nació en Kiev (Ucrania) en 1937. Médico y cirujano graduado en la Universidad de Padua (Italia), se especializó posteriormente en neurología y actualmente es el director del Brain Center for Social and Motor Cognition del Instituto Italiano de Tecnología. Además, es miembro de la Academia Europea, de la Academia Nacional de los Linces de Italia y del Instituto de Francia (Academia de Ciencias).

Rizzolatti recibió numerosos premios, entre ellos, el más importante del mundo en el campo de las neurociencias: The Brain Prize, de la Fundación Lundbeck. En 1996, junto con su equipo de investigadores, descubrió las que denominó “neuronas espejo” y demostró que el sistema motor controla mucho más que las acciones y el movimiento del ser humano. Las neuronas espejo tienen un rol central en las percepciones y el entendimiento del mundo que nos rodea; no son puramente motoras ni puramente sensoriales, sino bimodales y, por esta característica, se las considera fundamentales en la capacidad de los seres humanos para comprender de forma inmediata los movimientos, acciones y, eventualmente, las intenciones de aquellos con quienes se interactúa.

De visita en la Argentina en diciembre pasado, invitado por la UNSAM, Rizzolatti participó de diversas conferencias y recibió el título de doctor Honoris Causa por su aporte a las ciencias del cerebro. En esta entrevista habla sobre lo que significó el hallazgo de las neuronas espejo, el impacto que tuvo en otras disciplinas y el rol de los científicos como divulgadores.

¿Cómo llegaron al hallazgo de las neuronas espejo?

Las neuronas espejo son aquellas que transforman representaciones sensoriales en motrices y constituyen un ejemplo de mecanismos espejo más amplios y colectivos. Pudimos comprobar su existencia en los monos y, posteriormente, descubrimos el mismo mecanismo expresado en diferentes partes del cerebro de otras especies, como los pájaros. En los humanos también está presente este mecanismo y se relaciona fuertemente con nuestras emociones, por lo que le interesó mucho a la psicología y a las ciencias sociales.

¿A qué apuntaba la investigación que realizaban por entonces?

Estábamos investigando la organización en el sistema motor de los monos y encontramos que tienen neuronas que no tienen una función motriz, sino que sirven para concretar metas, que de algún modo se mueven hacia un resultado final, como presionar o romper algo. Posteriormente, encontramos que algunos de estos movimientos se activaban cuando los monos veían a otros hacer lo mismo y nos sorprendimos. Entonces, hicimos experimentos de control y verificamos que hay cierto tipo de neuronas, que denominamos espejo, que hacen que los monos hagan alguna acción cuando otro hace una acción similar.

“Las neuronas espejo son aquellas que transforman representaciones sensoriales en motrices y constituyen un ejemplo de mecanismos espejo más amplios y colectivos”, dice Rizzolatti.

El hallazgo de las neuronas espejo es de 1996. ¿Cómo han cambiado las técnicas de investigación en su campo de estudio?

Al principio usábamos técnicas estándar, de registro simultáneo de neuronas, que en los noventa todavía eran bastante modernas. Pero nuestro acercamiento también era etológico, porque tratábamos de ver qué hacía un mono cuando interactuaba, entonces no se trataba de analizar solo al mono frente a determinados estímulos, sino también en su interacción con los otros. Eso nos obligó a tener técnicas más sofisticadas de recolección de datos. Ahora la tecnología es mucho mejor, las computadoras pueden procesar mayor cantidad de información y nos permiten investigar de una manera mucho más sencilla.

Durante los noventa también hubo esfuerzos en el campo de la inteligencia artificial para lograr que los robots aprendieran y actuaran como los humanos, pero sin demasiado éxito por entonces. En cambio, ahora sí se ven algunos avances concretos. ¿A qué lo atribuye?

Existía la idea de que podíamos humanizar a los robots y que ellos podrían aprender mediante imitación a través de algoritmos, pero desde el inicio ya había investigadores que trataban de lograr algo distinto: enseñarle a los robots algo más que imitar lo que hace un humano. En lo que hace a mi área, sé de modelos computacionales que buscan simular el funcionamiento de las neuronas espejo y es un primer paso para que posteriormente puedan ser incorporados en robots.

¿Qué efecto tuvo en otras disciplinas, como la psicología, el hallazgo de las neuronas espejo?

Creo que muy importante, porque muestra que hay un mecanismo básico que indica que vos y yo somos empáticos. Entonces, de alguna manera todos somos capaces de sentir la emoción del otro. Eso implica un nosotros más que un vos o yo, porque podemos compartir la misma emoción.

“Todos somos capaces de sentir la emoción del otro. Eso implica un nosotros más que un vos o yo, porque podemos compartir la misma emoción”, sostiene Rizzolatti.

Usted es autor de libros de divulgación como So quel che fai (“sé lo que estás haciendo”, en español), junto con el filósofo Corrado Sinigaglia, que resultó un éxito editorial en Italia y fue traducido a varios idiomas. ¿Qué valor le atribuye a la divulgación científica?

Es muy importante que se escriba más sobre estos temas, pero es difícil para los científicos porque no somos evaluados por los libros sino por los artículos en publicaciones académicas. Ahora estamos por publicar un libro con un periodista del diario La Repubblica, que surgió de una entrevista que él me hizo y que uno de nuestros editores nos sugirió convertir en libro, pero en general es difícil debido a la presión por publicar en revistas académicas. Por eso no es una práctica común en Italia. Algo que sí es muy popular allá es la costumbre de organizar festivales de ciencia, que son muy exitosos.

¿Cómo es la relación entre científicos y políticos en Italia?

Muy mala. Fue así con (Silvio) Berlusconi y lo es ahora. En parte, porque tenemos una burocracia tremenda y los gobiernos vienen con la tendencia a no invertir suficiente dinero en ciencia.

Fuente: http://www.unsam.edu.ar/tss/rizzolatti-todos-somos-capaces-de-sentir-la-emocion-del-otro/



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