Medicina ambiental

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Del libro Temas de Medicina Ambiental, de Alberto Tolcachier


Un aforismo conocido sostiene que ‘no hemos heredado el mundo de nuestros padres, sino que lo hemos tomado prestado de nuestros hijos».

La próxima generación nos juzgará según podamos o no estabilizar el clima, cuidar la capa de ozono, restablecer la cubierta vegetal de los suelos, recuperar los suelos perdidos, emplear el agua eficientemente, preservar la biodiversidad, equilibrar los nacimientos y las muertes humanas, erradicar la situación inhumana de pobreza, mejorar el rol social de la mujer, revertir la cultura de lo descartaba, mejorar la gestión de los residuos, intensificar la eficiencia energética, usar fuentes de energía limpias, etc.

También debemos legarles un mundo en paz. No hay desarrollo humano posible sin paz y seguridad.

La sociedad humana tiene una gran experiencia en prepararse para la guerra, pero carece de idoneidad en el arte de prepararse para la paz. Un adagio famoso de los romanos sostenía: «si quieres la paz, prepárate para la guerra’‘Debiera reemplazarse por otro que diga: «si quieres la paz, prepárate para la paz. Que la historia esté plagada de conflictos violentos no significa que la guerra forme inevitablemente parte de la naturaleza humana.

Alguna vez fue dicho que cuando el genio nuclear sale de la lámpara no puede volver a su interior.

Si no nos ocupamos de devolver a nuestros hijos un mundo como el que encontramos, tal vez ellos ya no puedan hacerlo.

Los desafíos que debe enfrentar la humanidad en los albores de¡ nuevo siglo son muchos y de una complejidad y magnitud enormes. Son interdependientes y se potencian entre sí.

Dos de los grandes desafíos actuales son motivo de ocupación de la Sociedad Argentina de Medicina Ambiental: Salud para Todos, una deuda pendiente desde la Conferencia de Alma Ata, en 1978, y Desarrollo Sustentable: una deuda pendiente desde Río 92. Ambos objetivos son compatibles: el tipo de desarrollo necesario para preservar la salud y el bienestar humanos dependen de] respeto al ambiente.

Salud para Todos es un objetivo hasta ahora malogrado.

En septiembre de 1978 se celebró en Alma Ata la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de la Salud. En su artículo X sostenía:

«Es posible alcanzar un nivel aceptable de salud para todos en el año 2. 000 mediante una utilización mejor y más completa de los recursos mundiales, de los cuales una parte considerable se destina en la actualidad a armamentos y conflictos militares. Una verdadera política de independencia, paz, distensión y desarme podría y debería liberar recursos adicionales que muy bien podrían emplearse para fines pacíficos y en particular para acelerar el desarrollo social y económico, asignando una proporción adecuada a la atención primaria de la salud como elemento esencial de dicho desarrollo’.  

Ya traspuesto el umbral del año 2.000, aquel objetivo de salud para todos no solo sigue postergado, sino cada vez más lejano. No se dió a la Atención Primaria de la Salud el grado de prioridad necesario. Una parte muy pequeña de los recursos destinados a fines bélicos, hubiera sido esencial para facilitar el acceso de la gente a la salud. Pero hoy más que nunca, esa posibilidad parece alejarse.

Desarrollo Sustentable es también es una deuda pendiente.

Hace casi diez años se celebró en Río de Janeiro la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, más conocida como Cumbre de la Tierra. Aquella reunión -la mayor reunión de líderes políticos nacionales de la historia- reunió a 106 jefes de estado. En conjunto con las reuniones paralelas de las ONGS, hubo 35.000 personas. Y 9.000 periodistas.

Más recientemente, el grupo de los ocho países más poderosos, reunidos en Génova para discutir los grandes tomas económicos, incorporó el temario ambiental a la Agenda. Y en septiembre de] año que viene, en Johannesburgo se habrá de realizar la Conferencia Mundial sobre Desarrollo Sustentable, para debatir los avances -y también los retrocesos- desde Río 92.  

¿Qué tipo de desarrollo necesita la humanidad?

Hoy se extiende rápidamente por el mundo la idea de que no es posible medir el desarrollo exclusivamente en términos de tecnología o de nivel material de vida. Una sociedad que esté moral, política o ambientalmente degradada, no es una sociedad avanzada, aunque tenga dinero y sofisticación tecnológica. Nos estamos moviendo hacia una noción de desarrollo no definida únicamente por criterios materiales.

Nuestro modo de vida actual no es sustentable. Los patrones actuales de consumo están destruyendo los sistemas naturales de los que surge la vida. De manera urgente, al desarrollo sustentable hay que plasmarlo en hechos.

¿Pero existe acaso en el ámbito oficial un modelo razonable de economía que nos diga como se alimentará y transportará la población, como se generará la energía, o como se producirán los bienes y servicios?

¿Existe acaso un diseño que nos diga cómo debe ser la gestión de la salud pública en el desarrollo sustentable?

Se necesitan nuevos rumbos en la gestión de la salud y de¡ ambiente. Los indicadores nos están mostrando un empeoramiento generalizado de la situación en todo el mundo:

*   El 15% de la población de¡ mundo consume el 80% de los recursos y genera el 75% de la contaminación. «Hay suficiente riqueza en el mundo para satisfacer las necesidades de todos, pero no hay suficiente riqueza para satisfacerla avaricia de algunos», sostenía Mahatma Gandhi.

*   Todos nosotros sabemos que mañana vamos a comer. Pero 1.000 millones pasan hambre diariamente. 30 millones de niños mueren todos los años por hambre, malnutrición, falta de saneamiento y acceso limitado a los servicios de salud. 5 millones de éstas muertes se deben a contaminación del agua y de los alimentos.

*   2.000 millones de personas carecen de agua potable. ¿Cuándo comenzaremos a tratar al agua como un recurso escaso, valioso y finito?

•   Cada día, entre 1 00 y 300 especies de fauna y flora desaparecen para siempre. Antes que los taxónomos hayan hecho un inventario, muchas especies -conocidas o no- se habrán perdido.

•   El suelo fértil es un don cada vez más preciado en un mundo que debe alimentar unas 6.000 millones de bocas. Sin embargo, se pierden anualmente 25.000 millones de toneladas de suelo fértil por erosión y desertización. Y las prácticas agrícolas no sustentabas siguen conduciéndose en forma masiva.

•   El adelgazamiento progresivo de la capa estratosférica de ozono está produciendo exposiciones humanas a dosis de radiación ultravioleta solar nunca antes experimentadas. Proyecciones epidemiológicas a escala mundial, estiman para las próximas décadas millones de muertes por cáncer de piel, y un aumento importante de cataratas y de inmunodeficiencias.

•   Estamos generando un millón de toneladas de residuos peligrosos todos los días la mayoría de los cuales se depositan en cualquier sitio y sin ningún tipo de cuidado. Cuando llegan a las aguas superficiales y profundas, el impacto ambiental y el riesgo sanitario -a corto o a largo plazo- resultan inaceptablemente altos.

•   Además de los residuos tóxicos, los residuos radiactivos son también una amenaza para la salud humana. ¿Acaso las generaciones futuras -todas las generaciones futuras-

heredarán problemas de salud como parte de una herencia atómica que los hemos dejado?

•   Mil millones de personas viven con niveles inaceptables de contaminación atmosférica. Sabemos la situación de la mayoría de las megalópolis latinoamericanas. Pero ¿en qué niveles estamos en la Ciudad de Buenos Aires?

Y hay muchos interrogantes más por hacerse:

•   El mundo está asistiendo al mayor incremento de población humana que haya conocido en su historia, y planteándose interrogantes inéditos en otros tiempos. ¿Qué implicancia tiene para el mantenimiento de la vida en la Tierra la explosión demográfica a la que estamos asistiendo, sin precedentes en la historia de la humanidad?

•   Duplicar la población mundial, ¿Implica duplicar la contaminación, el consumo de energía y de recursos naturales?¿0 la aspiraciones por mejorar los niveles de vida según los patrones actuales de consumo provocarán crisis ambientales a un ritmo mayor que el crecimiento de la población misma?

•   ¿Podrá el mundo alimentar al doble de la población actual? Más aún, ¿Podrá mejorar la performance actual, considerando que en la actualidad 50.000 personas mueren todos los días por hambre, desnutrición o enfermedades asociadas?

•   En relación con el hambre, se ha abierto un enardecido debate acerca de la biotecnología aplicada a la producción de alimentos. ¿Será efectivamente la solución al problema de¡ hambre en el mundo? La Revolución Verde no solucionó el problema de¡ hambre habiendo podido hacerlo; ¿no habrá que tomar con cierto escepticismo las promesas? Como sea, si los defensores de la agricultura genética tienen razón -aunque sea un poquito de razón- el impacto sobre la agricultura será tremendo.

La presión ejercida por las crecientes demandas por alimentos ¿deben continuar inevitablemente destruyendo los bosques, como está ocurriendo ahora? ¿Es acaso correcto destruir ecosistemas forestales productivos, para explotación agropecuaria de sus suelos, durante unos pocos años, hasta que éstos se convierten en páramos yermos?  

•  ¿Y qué representa una mayor amenaza a los bosques: la sierra y el hacha, o las chimeneas y los caños de escape, emisores de partículas y de gases, cuyo resultado será producción de smog y de lluvias ácidas?

•  El mundo se está urbanizando. Hoy, 100 millones de personas viven en las calles. ¿Podrán las ciudades seguir absorbiendo millones y más millones de personas, proveyendo vivienda, trabajo y servicios?¿0 quedará desbordada nuestra capacidad de previsión, provocando una espiral cada vez mayor de carencias y conflictos?

•  La longevidad es cada vez mayor. ¿Cuántos años vivirá la gente en el futuro? ¿Cómo los vivirán? ¿Desplazará el envejecimiento demográfico a la explosión demográfica de su carácter de fenómeno social más importante a seguir? ¿Continuará siendo la esperanza de vida al nacer un instrumento demográfico útil para evaluar la calidad de vida en el futuro?

En Latinoamérica, la situación de Salud Ambiental requiere planes y estrategias especiales que deben construirse de acuerdo a la realidad de cada país, pero sin perder de vista el contexto regional.  

El principal problema en Latinoamérica es la pobreza. El 50% de los latinoamericanos son pobres. Los ingresos y las oportunidades se distribuyen mal: el 5 % más rico posee el 25 % de la riqueza y el 30 % más pobre el 7 %.

la pobreza y la salud tienen conexiones obvias. La indigencia es la primera causa de muerte en los países de la zona, con 1.500.000 víctimas anuales. Según UNICEF perecen 3.000niños por día por ésta causa, perfectamente evitable.

La carga excesiva de morbimortalidad que sufren los pobres se combate combatiendo a la pobreza.  

las prácticas ambientales y de desarrollo en la región pueden adicionalmente producir efectos transfronterizos, incluso intercontinentales y mundiales.

Se debe desarrollar estrategias propias y comunes, para promover un cambio intersectorial rápido. Creemos que la adopción de las propuestas de la CARTA PANAMERICANA es por parte de los países de la región una necesidad impostergable.

… ‘Los imperativos que guían la transición en la cooperación entre los países, exige respuestas que entrañan factores más complejos y ambiguos que en el pasado. Esos imperativos obedecen a mayores presiones sobre el ecosistema, al aumento de la pobreza, a la mayor fluidez del intercambio económico y a las repercusiones de los adelantos tecnológicos. Así corno éstos problemas están surgiendo, las competencias y esferas de acción establecidas están cambiando a medida que las personas y los grupos perciben, cada vez mas, la participación que tienen en una variedad amplia de temas. La planificación y la acción intersectorial, la descentralización adecuadamente apoyada, la asociación pública-privada, y la integración del desarrollo social y económico, están desplazándose de ser características deseables de los procesos políticos para convertirse en necesidades ineludibles.

Al mismo tiempo, la necesidad de que los países actúen en conjunto se ha tomado más urgente, porque las prácticas ambientales y de desarrollo pueden producir efectos transfronterizos, incluso intercontinentales y mundiales; ninguna sociedad 0 ecosistema puede aislarse de los efectos directos y secundarios de las políticas económicas y sociales de los demás, ni de las repercusiones de la globalización de¡ comercio y las comunicaciones’.

Conferencia Panamericana sobre Salud y Ambiente en el Desarrollo Humano Sostenible, art.22.

En Argentina el 20 % de la población vive con $ 2 por día; el 30 % de las familias tiene sus necesidades básicas insatisfechas y el 30 % de las familias no llegan a la canasta básica familiar. Estrechamente asociados a éstos indicadores económicos:

•   Una persona cada 8 horas muere por tuberculosis y se registran 17.000 casos nuevos por año.

•   La lepra tiene una incidencia de 800 casos nuevos por año, y la prevalencia es de unos 80.000 casos.

•   El paludismo registra unos 400 casos nuevos.

•   Hay 3 misiones de chagásicos infectados; 280.000 cardiopatías.

•   La mortalidad materna es de 5211 00.000 nacidos vivos. 20011 00.000 en Formosa. •   La población sin agua potable es del 48 % y sin servicios cloacales del 34 %, y las gastroenteritis siguen llevándose cientos de lactantes todos los veranos.

Son enfermedades de la pobreza. La enfermedad contribuye a la marginación y ésta perpetúa la pobreza. Aunque su solución excede el campo estrictamente médico, a nosotros nos toca cuidar al menos que no haya barreras en el acceso a los servicios de salud cuando los pobres requieren atención.

¿Sabremos responder a tiempo a los enormes desafíos ambientales y sanitarios que tenemos por delante?

A pesar de la cantidad de información acerca de¡ impacto ambiental y de los riesgos sobre la salud, las actividades humanas no parecen cambiar con la urgencia que las circunstancias demandan.

La sociedad civil agrupada y actuando a través de las ONGS, el área empresarial, y el área gubernamental, tienen un rol a cumplir. Cada persona y cada gobierno tiene que pasar un examen en el que debe responder a las grandes cuestiones de su tiempo. Para nuestra generación el medio ambiente y el desarrollo sustentable son dos de esas grandes cuestiones.

Son objetivos posibles. Hace falta personas cuyas inquietudes vayan más allá de la calidad de su propio entorno. A través de las organizaciones civiles pueden influir sobre sus gobiernos, para alcanzar el concenso internacional necesario para tener un planeta sano y con futuro lejano.

Éste es el momento más interesante de la historia humana. Debemos crear una civilización más merecedora de llamarse humana.

Hace muy pocos años, un grupo de amigos, profesionales de las ciencias de la salud y de las ciencias de¡ ambiente, constituimos la Sociedad Argentina de Medicina Ambiental.  La Sociedad Argentina de Medicina Ambiental -Ambientia (tal es nuestro nombre de fantasía)- tiene por misión el desarrollo de la Medicina Ambiental en el país.

Generosamente, el Museo Argentino de Ciencias Naturales «Bernardino Rivadavia ‘nos dió y nos sigue dando un techo institucional desde donde desarrollar nuestras actividades.

Hasta la fecha, las iniciativas no gubernamentales de ocuparse de aspectos de la salud vinculados con el ambiente fueron bastante escasas. En Argentina existen contadas excepciones, entre las que – además de la Sociedad Argentina de Medicina Ambiental- cabe señalar también la Asociación Argentina de Médicos por el Medio Ambiente.

La escasez de organizaciones ambientales dedicadas a la salud resulta más evidente, si se considera que hasta la fecha son más de 1 00.000 las ONGs arnbientalistas que se crearon

después de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente, realizada en Estocolmo en 1972.

1 00.000 organizaciones son un buen número. Ha surgido de ellas un movimiento ecologista de magnitud mundial, en respuesta a transformaciones potencialmente peligrosas desarrolladas en la biosfera.

El movimiento ecologista ha hecho algo más que combatir la contaminación, los aditivos alimentarlos, los reactores nucleares, las autopistas y los aerosoles. Nos ha forzado a reconsiderar nuestra dependencia de la Naturaleza. Estamos avanzando hacia una nueva concepción que hace hincapié en la armonía con la Tierra.

Esto ha dado lugar en el plano científico, a estudios dirigidos a comprender las relaciones ecológicas, para que podamos atenuar el impacto de la actividad humana sobre la Naturaleza, 0 canalizarlo en forma constructiva. Pero la ciencia y la tecnología son solo herramientas. Por sí mismas no están en condiciones de asegurar un futuro mejor.

En el plano de la salud, no ha habido -como en el plano científico en general- un desarrollo proporciona¡ de estudios dirigidos a comprender las relaciones entre salud, ambiente y desarrollo, destinados a atenuar la impronta de¡ deterioro ambiental y la contaminación sobre la salud humana.

El stress ambiental imprime mecanismos adaptativos, no siempre aptos. Resulta ya insuficiente la concepción tradicional de la salud como un estado de bienestar físico, psíquico y social. Van surgiendo nuevos paradigmas. Hoy cabe considerar que no puede haber salud sin armonía con el entorno

El desarrollo de la pericia necesaria para comprender las causas de los riesgos para la salud y el ambiente y actuar sobre ellas exige un esfuerzo multidisciplinario. Hace falta expertos entrenados en detectar, identificar, diagnosticar y tratar las enfermedades causadas o favorecidas por la degradación ambiental.

El Primer Congreso latinoamericano Interdisciplinario de Salud y Medio Ambiente, organizado por la Sociedad Argentina de Medicina Ambiental, marca un hito trascendente en éste sentido.

El objetivo prioritario de¡ Congreso es impulsar el desarrollo de la Medicina Ambiental en el país. Por primera vez se congregan en forma masiva los profesionales de las ciencias de la salud y los profesionales de otras disciplinas vinculadas con el ambiente, para aprender los unos de los otros y generar espacios desde donde diseñar proyectos y emprender futuras acciones.

Éste libro sale a la luz en ocasión de¡ Congreso. Muchos de los grandes temas de la Salud y de¡ Medio Ambiente están presentes. Es el fruto de un trabajo voluntario y colaborativo.

Se trata de una compilación de documentos elaborados por grupos de colegas de algunas

especialidades médicas, de diversas disciplinas de la salud, de disciplinas vinculadas con el ambiente, y de algunas instituciones especialmente convocadas.

Las disciplinas intervinientes tienen, a través de éste medio, la oportunidad de complementar la capacidad y los conocimientos de los profesionales de la atención de la salud y ambientales.

Muchos de los profesionales ligados a las ciencias biomédicas han considerado por primera vez los aspectos ambientales de su especialidad.

La mirada a los temas de salud y ambiente pertinentes a cada disciplina se profundizará durante el desarrollo de¡ Congreso. La actividad adoptará una dinámica de talleres y estará coordinada por el Dr. Francisco Héctor Cultraro.

En la confección de los capítulos han participado médicos, arquitectos, ingenieros, veterinarios,

meteorólogos, sociólogos, psicólogos, escribanos, abogados, kinesiólogos, farmacéuticos, fonoaudiólogas, asistentes sociales, etc… varios cientos en total, todos congregados con el fin de aprender unos de otros, enfáticamente, en grupos mono o multidisciplinarios, diseñados para ampliar la visión de cada uno sobre los problemas comunes, o para aportar a los lectores una actualización de un tópico de su especialidad vinculado con lo ambiental.

TEMAS DE MEDICINA AMBIENTAL es también una respuesta parcial al apetito de información sobre temas médicoambientales y sanitarios. Esperamos que sirva para despertar interés en

aquellos profesionales de la salud que deseen aportar su grano de arena. Debemos revertir las tendencias que ponen en jaque nuestro futuro y el de nuestros hijos, cada uno desde su ámbito de acción.

La Medicina Ambiental es un campo abierto y con futuro. Los profesionales de la salud debemos participar y aún liderar los movimientos para mejorar el ambiente. Debemos advertir a los comadrones de decisiones en instituciones públicas y privadas y al público sobre las consecuencias del deterioro ambiental para la salud.

Los esperamos.

Dr. Alberto Jorge Tolcachier



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