Genética no es destino

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El hombre ha logrado descifrar el código genético, y es innegable la trascendencia de tal acontecimiento.

Parecería que el dilema ético se plantea sobre los derechos de dicho conocimiento y sobre los usos que se harán de los mismos. Sin embargo,  hay un planteo filosófico que lo antecede.

Si bien la presencia de un determinado gen, por ejemplo aquél que se vincula con la enfermedad de Alzheimer, puede estar presente en el genoma de una persona. Eso, es razón suficiente para asegurar el desarrollo de la enfermedad?

Nuevamente el pensamiento causal, y el determinismo están presentes en generalizaciones que se están realizando en el campo de la biotecnología. No deberíamos olvidarnos de los riesgos de diagnósticos lapidarios, que además nacen de la peligrosa omnipotencia con la que se inviste el pensamiento científico.

Una vez más el hombre cree que ha logrado robarle el fuego a los dioses, pero esto no es más que una vana  ilusión. La vida concede la posibilidad de conocimientos parciales, pero su gran secreto está en la multiplicidad de intrincadas relaciones, que son inabarcables.

Los genes conviven en un mundo de relaciones dinámicas, y probablemente tengan un lenguaje para comunicarse que está profundamente afectado por la vida anímica del sujeto en el que vive.

La naturaleza tiene estructuras que repite en todo lo vivo. Así como nuestro cuerpo puede ser estudiado desde el punto de vista anatómico, eso nunca va a ser suficiente dado que el organismo es un ser social, donde cada una de sus partes mantiene relaciones constantes y cambiantes con el entorno.

Cuando comenzaron los estudios sobre la vida de las células, ocurrió algo semejante. No fue suficiente el conocimiento de la individualidad, dado que así como el hombre es un ser social, también lo son cada una de las partes que lo constituyen.

 Gen Altruista

HARRY WIENER: PSIQUIATRÍA BIOLÓGICA ¿ CIENCIA O PSEUDOCIENCIA?

Para Wiener  la creencia de que la esquizofrenia es una enfermedad orgánica específica o un grupo de enfermedades orgánicas cerebrales nunca fue confirmada. Agrega, “Estuvimos a punto de hacerlo desde el origen de la psiquiatría moderna y todavía lo estamos. Los recientes descubrimientos de cambios ventriculares y electroencefalográficos son irrelevantes en relación con este tema. No existe indicio de la dirección de la flecha causa-efecto: los cambios en el cerebro provocan una esquizofrenia de causa orgánica o las disfunciones sociales de la esquizofrenia llevan a una atrofia cerebral tipo desuso?”

Para Wiener hay una falla lógica en el pensamiento de algunos genetistas. Dice, “ Si como ellos creen, la esquizofrenia implica formas de vivir inusuales, medios familiares tóxicos, etiquetar y chivos expiatorios, ¿no es absurdo sugerir que estos eventos caleidoscópicos e impredecibles podrían estar sujetos a las rígidas reglas de la predestinación genética?”

A este enfoque lo llama genética absurda.

“Para ser específico: a diferencia de mis colegas devotos de la genética conductista, acepto la prueba de que la esquizofrenia y sus congéneres no son enfermedades cerebrales definidas, desenvolviéndose inexorablemente conforme a un patrón establecido en el sistema nervioso central; sino que son problemas personales mal definidos sujetos a tanto trajín del medio humano como al interior del cuerpo.”

Wiener coincidiendo con otros investigadores considera que, “ la idea de una “genética -entre” (interpersonal) merece un acercamiento. Este nuevo marco afecta la noción de tipología así como la de genética. La tipología entre, requiere que tipos opuestos o grupos de trato contrastante sean vistos como simétricos, con la disfunción y patología ubicada no en algún tipo de personalidad sino en interacciones negativas entre diferentes organizaciones cognitivas.”

“Se sugiere que las influencias genéticas en la disfunción y patología social pueden actuar no en los individuos solos, sino en pares de individuos.”

“La esquizofrenia puede ser considerada con ecuanimidad tanto como una condición genética como del medio. De la misma manera, no existe garantía culpando al cuerpo de la víctima, porque la genética no es destino. En lugar de eso, opino que el destino es la combinación de la genética y el medio, es decir, el resultado de la interacción de los genes individuales y su contraparte en el medio humano.”



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