Eliminación del concepto de conciencia y neurofilosofía

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Los esposos Patricia Paul Churchland, de la Universidad de California en San Diego, se denominan y se conocen como filósofos materialistas y “eliminativistas” porque niegan que “conciencia” sea un concepto coherente de tipo científico y sostienen que es un término de la psicología popular destinado a desaparecer conforme la neurociencia vaya explicando cada una de las propiedades de la mente consciente. Se puede decir que el materialismo eliminativo de los Churchland, por un lado, mantiene que los conceptos vernáculos de la mente de la psicología popular son esencialmente falsos y, por otro, que serán reducidos a las ciencias, en particular las ciencias del cerebro. Esto implica que la neurociencia dará cuenta completa y cabal de aquello que de manera poco definida se denomina conciencia.

En su libro de 1986 titulado Neurophilosophy (Neurofilosofía) Patricia Churchland, nacida en 1943, hace una recia defensa del reduccionismo científico, la práctica usual de explorar y entender un objeto o un problema disecándolo en sus partes constituyentes y explicando sus propiedades con base en las de estos componentes y de sus interacciones. Aunque la reducción teórica es factible y útil en las ciencias, como la herencia que se comprende mejor a la luz de la biología molecular y de las funciones del ADN, una explicación reductiva no elimina a la totalidad, como sucede con las moléculas químicas que se explican en buena medida por las de los átomos que las constituyen, sin que esto haga que la química desaparezca como una parte de la física. De esta forma, aún asumiendo que se llegara a establecer un convincente correlato cerebral de la conciencia, algo que como hemos visto tiene un escollo muy duro de resolver, esto no eliminaría la investigación de las actividades mentales, ni las escuelas y facultades de psicología serían absorbidas y sustituidas por otras de neurociencias.

libros cienciaPortadas de los libros Materia y conciencia de Paul Churchland (1988) y Neurofilosofía. Hacia una ciencia unificada de Mente Cerebro de Patricia Churchland (1986), que defienden la reducción de la conciencia a la neurociencia.

Daniel Dennett (nacido en 1942), prolífico y erudito filósofo de la mente en la Universidad de Tufts, especifica en su libro Consciousness Explained (1993) que el asunto problemático de la conciencia no es el término en sí, sino el de las supuestas cualidades subjetivas que son características en particular de las sensaciones. Como ya hemos revisado, estas cualidades son denominadas qualia y corresponden a qué se siente ver un determinado color, escuchar el timbre de un instrumento, sentir una determinada emoción o comprender el significado de un concepto. Esta propiedad subjetiva de la mente ha sido señalada por diversos filósofos contemporáneos como la más propia o peculiar de la conciencia y que no se presta a una explicación o reducción en términos neurofisiológicos. Este escollo es el que David Chalmers denomina el problema duro de la conciencia. Hemos repasado que esta característica fue inicialmente elaborada por Leibniz y desde finales del siglo XX ha sido objeto de un polémico y fascinante debate que parece inclinarse a favor de quienes consideran que, en efecto, la cualidad subjetiva es una propiedad esencial de la experiencia consciente. La posición de Dennett es que si bien la conciencia es un fenómeno real que requiere de una explicación filosófica y científica, no existen los qualia, de tal forma que la descripción exhaustiva de una percepción, de una emoción o de un concepto no dejaría nada fuera de la información y la representación mentales. Parta Dennett no hay un problema duro y con los métodos científicos será posible acceder a la totalidad de las experiencias conscientes mediante las ciencias cognitivas, las ciencias de la conducta o las neurociencias. Propone en consecuencia un método de acceso a la mente consciente que denomina hetero-fenomenología: el análisis de los informes en primera persona sobre lo que un sujeto experimental expresa verbalmente en relación con lo que ocurre en su mente por varios analistas expertos.

Daniel Dennett.
Daniel Dennett hacia 1990 y la portada de su libro La conciencia explicada.

En referencia a la pretendida eliminación del concepto de conciencia, se ha apuntado que el término no surgió para explicar fenómenos objetivos, como el flogisto de la física, una supuesta sustancia invocada para explicar la combustión y que fue sustituida y eliminada con el descubrimiento del oxígeno. La “conciencia” es un término del léxico popular que fue adoptado por la ciencia, en especial a partir de William James, pues se refiere a las propiedades mentales que una criatura experimenta o siente y que el ser humano detecta y reporta. La mayor parte de los investigadores y pensadores actuales ven necesario el concepto de conciencia para señalar y estudiar la propiedad mental más patente o característica y estudiar sus bases o fundamentos cerebrales, corporales y sociales. Es así que, el concepto, se utiliza ampliamente en las ciencias físicas, biológicas, psicológicas, sociales y humanas. Más aún: una definición satisfactoria que hiciera transparente su relación con la materia física, en especial con la materia nerviosa de los seres sintientes, constituiría una posible solución del problema mente-cuerpo. Pero tal definición no haría que el término desapareciera, sino, por el contrario, que cobrara mayor sentido y relevancia.

De esta manera, aunque es posible discrepar de la eliminación del concepto de conciencia, conviene valorar la propuesta de Patricia Churchland de una audaz interdisciplina llamada neurofilosofía, pues ésta resulta interesante y atractiva, aunque no deja de tener dificultades. Entremos en el planteamiento: ella arguye con buenas razones que nada puede ser más relevante a la filosofía de la mente que los resultados empíricos de la neurociencia y que es necesaria una coevolución de las dos materias con la pérdida progresiva de sus fronteras. Concibe a la neurofilosofía como una interdisciplina capaz de ser cultivada por personas expertas en las dos áreas y capaces de elaborar argumentos y teorías empleando tanto recursos teóricos lógicos como evidencias empíricas. Parece claro que este programa rebasa al materialismo eliminativo para sugerir un incitante campo de investigación que tendría como objetivo utilizar resultados y evidencias empíricas de la neurociencia para desarrollar temas como los procesos de la percepción, el pensamiento, la imaginación, la emoción, la moralidad, los sueños, la creatividad y tantos otros que hasta hace poco eran provincia casi exclusiva de la filosofía. Podemos poner como ejemplo relevante el hecho de que hoy en día se enriquecen los temas referentes al deseo, el placer y la felicidad al incorporar en su tratamiento a los sistemas de recompensa del cerebro y el papel de la dopamina en ellos.

Ahora bien, la pretensión y el reto de la neurofilosofía no sólo es empalmar los discursos provenientes de la neurociencia y la filosofía de la mente, sino buscar un lenguaje común que de lograrse sería el esperanto para el problema mente-cuerpo. Este formidable desafío de casar trayectorias disímbolas y métodos muy distintos de indagación hace de la neurofilosofía una hoja de ruta más que una interdiciplina ya formada y boyante. Sin embargo, el proyecto ya tiene nombre al menos en el Centro de Investigación en Neurofilosofía y Ética de las Neurociencias en la Universidad de Múnich y en un Programa de Neurofilosofía en la Universidad de Milán. En mi curso de neurociencia cognitiva del posgrado de Filosofía de la Ciencia de la UNAM, y en esta serie de ensayos, trato de incorporar tanto las propuestas y accesos de los filósofos como los hallazgos de las ciencias del cerebro y la conducta a temas como la percepción, la emoción, el pensamiento, la imaginación, la memoria, la voluntad, la acción, la cognición social, la inteligencia, la creatividad, la atención o la conciencia. En ese sentido, constituyen un curso y un proyecto de neurofilosofía.

FUENTE: https://elsemanario.com/ciencia-y-tecnologia/eliminacion-del-concepto-de-conciencia-y-neurofilosofia/

 



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