Botánica oculta

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Paracelso (1493)

Fisiología Vegetal

Anatomía. Nada más simple que la estructura de la planta.  Las partes anatómicas se reducen a tres, y son ellas precisamente las que, individualizándose, vienen a formar todos los órganos.

1.La masa general de la planta está formada por el tejido celular, que puede calificarse como órgano digestivo de la misma.  (Raíz: individualización de los tejidos celulares; intestino de la planta: semilla; Embrión)

2. Los intervalos entre las células ordinariamente hexagonales forman los tubos que se extienden por toda la planta y que conducen la savia por la cual la misma se nutre.  Estos tubos o conductos intercelulares son, pues, para las plantas, lo que los vasos sanguíneos y las venas son para los animales. (Tallo: individualización de las venas; sistema sanguíneo de la planta; cápsula: órgano hembra).

3. Se observan en el tejido celular de la mayor parte de las plantas, otros tubos que están formados por una fibra contorneada en espiral y que conduce el aire por toda la planta.  Estos tubos, o vasos en espiral, son, para las plantas, lo que las tráqueas son para los animales.  Y así es como se los llama: tráqueas de las plantas.  (Hojas: individualización de las tráqueas, pulmones de la planta).

De este primer bosquejo, vamos a pasar al de las relaciones que existen en el funcionamiento entre los citados órganos. 

El desenvolvimiento embrionario de la planta comprende las siguientes fases:

  1. Localización de la semilla en una matriz propicia: tierra húmeda.
  2. Las tres partes del germen comienzan a vegetar nutriéndose de los cotiledones.
  3. La raíz comienza a absorber las sustancias nutritivas de la tierra.  La planta se individualiza en sus funciones respiratorias y digestivas.  En resumen: ha nacido.

He aquí como el doctor Encause resume la fisiología vegetal:

  1. La Raíz, hundiéndose en la Tierra: estómago de la planta, va en busca de la materia alimenticia.
  2. Las Hojas, buscando vida en el Aire libre o dentro del Agua: pulmones de la planta.

Buscan también la luz y los gases necesarios a la renovación de la fuerza que debe aportar virtudes a la materia interior de los tejidos.

Dicha fuerza se desarrolla por medio de la clorofila (sangre verde), canales de interposición.

  1. El tallo: Aparato circulatorio, los vasos del cual contienen: 1) La savia ascendente parecida al quilo (sustancia blanca, lo más sutil de los alimentos). 2) El aire absorbido por las hojas. 3) El resultado de la acción del aire sobre la savia nutritiva, o sea, la savia ascendente.
  2. Las Flores: resultado de la fuerza superflua; lugar de los aparatos de reproducción.

Vamos ahora a estudiar estas funciones más detalladamente; de su conocimiento depende, en efecto, todo el arte de la farmacopea hermética.

El grano o semilla se compone:

  1. Del germen, formado a su vez por: la pequeña raíz (futuros órganos abdominales); el brote o vástago (futuros órganos respiratorios); el pequeño tallo (futuros órganos circulatorios, centro general de la evolución).  Todo ello análogo a los tres desenvolvimientos del embrión humano.
  2. De los cotiledones: Materiales destinados a la nutrición del germen. (órganos análogos a la placenta).

Cada grano, conteniendo en sí el árbol en todo su poder de crecimiento, encierra un Mistérium Mágnum; por consecuencia, hallaremos en el desenvolvimiento del grano o semilla, la imagen invertida de la creación del mundo.

El árbol empieza a manifestarse desde que el grano ha sido hundido en su matriz natural, la tierra.

No obstante, la tierra por sí sola no es más que una matriz pasiva; no puede, pues, desarrollar la chispa vital, o iluminar el Ens de la semilla a fin de que los tres principios Sal, Azufre y Mercurio se manifiesten en ella.

La luz y el calor del sol son necesarios para que esto suceda; únicamente por medio de ellos se animará el fuego frío subterráneo.  Entonces el grano, llevado por la fuerza de este desenvolvimiento, pasa por su ulterior evolución. 

   El Alma de la Planta  

Tomamos de un libro, muy notable por cierto, original de E. Boscowitz, los testimonios de algunos sabios que atribuyen a la planta una vida y una sensibilidad parecida a las de las personas.  Sin hacer mención de las doctrinas brahmánicas, budistas, taoístas, egipcias, platonianas o pitágorianas, todas ellas más o menos profundamente penetradas del espíritu de los vegetales, habremos de recordar que filósofos como Demócrito, Anaxágoras y Empédocles han sostenido dicha tesis.  En época más reciente, Percival pretende que los movimientos de las raíces son voluntarios; Vrolik, Hedmig, Bonnet, Ludwig, F. Ed. Smith afirman que la planta es susceptible de sensaciones diversas hasta el punto de asegurar que es capaz de conocer la felicidad; Erasmo Darmin, en su Jardín Botánico, dice que la planta tiene alma; todas las obras de Von Martius intentan demostrar lo mismo y, finalmente, Teodoro Fechner ha escrito un libro titulado Nanna oder Uber das Seelenleben der Pflanzen, en el cual se prueba o se quiere probar todo lo antedicho.

He aquí los caracteres de analogía que presentan las plantas con relación a los seres dotados de personalidad:

La respiración se efectúa en ellas por medio de las tráqueas de Malpighi, formadas de una cinta celular arrollada en espiral y dotadas de contracción y de expansión.

El aire es indispensable para la vida (según los experimentos de Calandrini, Duhamel y Papin) y ejerce sobre la savia una acción análoga a la ejercida sobre nuestra sangre (Bertholon).

El lado inferior de las hojas esta lleno de pequeñas bocas estomáticas, órganos de dicha respiración.  (Experimentos de Ingenhous, de Hales, de Teodoro de Saussure, de Mohl y Garreau).

Reciben, apropiándoselo, el oxígeno del aire, y exhalan en cambio el ácido carbónico (Garreau y Hugo von Mohl, Sachs).

Se nutren del carbono, que extraen del ácido carbónico, y por consiguiente exhalan durante el día cantidad de oxígeno.

Sus raíces les sirven de estómago, así como las hojas; la savia es análoga al quilo.

La nutrición de las plantas es una función tan activa, que Bradley ha calculado que una encina, en el término de cien años, absorbe 280.000 Kg. de alimentos.

Si la circulación de la savia no es aún un hecho probado de un modo categórico, se sabe cuando menos que las plantas tienen la cualidad de la transpiración, y ésta con fuerza extraordinaria.

Además, ¿cómo nos explicamos los movimientos de las plantas en busca de luz, del sol, de los elementos de nutrición, de un terreno propicio a su vida, que a cada paso observamos?

¿Cómo nos explicamos su potencia amorosa, el calor, la electricidad que desprenden en el instante de su fecundación ¿

¿De dónde vienen, finalmente, las propiedades maravillosas de la flor de resurrección y de la Rosa de Jericó?

El iniciado ha podido comprobar todos estos fenómenos y admirar una vez más la sabiduría de sus precesores, así como la penetrante intuición del pueblo que ha dado a cada árbol su Hamadríada, a cada flor su hada, a cada hierba su genio.  Las observaciones científicas, de las cuales acabamos de hacer un ligero resumen, ¿no nos enseñan magníficamente y con toda claridad, los movimientos sombríos del alma de los elementos que se esfuerzan hacia la conciencia?

   El Hombre y la Planta  

El mundo de las plantas está bajo la influencia de los planetas y está destinado a alimentar al hombre y curar sus dolencias. 

La planta puede nutrir al hombre, es decir, repara sus decaídas fuerzas orgánicas.

En su cuerpo físico, o sea la alimentación; en su cuerpo electromagnético, o sea la curación de sus enfermedades, y en su cuerpo astral: sonambulismo, éxtasis, ceremonias mágicas, adivinación.

El hombre, a su vez, puede hacer tres cosas en favor de la planta: Cultivarla, (agricultura mágica).  Redimirla (crecimiento mágico).  Resucitarla (palingenesia). 

   Agronomía Mágica  

Cultivo oculto de las plantas

El fundamento de este arte es sembrar el grano en la matriz exacta que le es complementaria y que, por lo tanto, le corresponde.  La semilla echada en su tierra propia o conveniente llega a conseguir su mayor perfección genérica.

Sembrar es tanto como internar algo en la oscuridad, en lo profundo y en el misterio.

Las tinieblas provocan la luz, y la masa informe de los cotiledones putrefactos llaman la flor radiante de color y de perfumes o el árbol majestuoso y copudo.

Además de las relaciones de la planta con el sol que la nutre físicamente, hay que escoger para ella una sociedad que le sea propicia.  Ciertas plantas prosperan viviendo al lado de ciertas otras, y mueren si sus vecinas le son antipáticas; de ahí se desprende una cuestión de afinidad o antipatía. 



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