Artículo Especial El legado de Karl Jaspers

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Karl Jaspers’ General Psychopathology, written at the age of 30, was his most significant psychiatric work. The author later devoted himself to philosophy.

Jaspers studied and deepened understanding of concepts such as process and development, delusions and psychic reactions, and established a rigorous and methodological distinction between somatic and psychic phenomena (causal explication and psychological understanding).

Psychotherapy is a moment when doctors and patients find their existential realities.

La Psicopatología General representa la obra de Karl Jaspers de mayor relevancia en el campo de la psiquiatría, escrita a los 30 años. Posteriormente se dedicó a la Filosofía. Los conceptos de proceso y desarrollo, percepción, representación, fase, brote, ideas delirantes, reacción, fueron profundizados por este autor. La diferenciación entre explicación causal y comprensión psicológica representan actitudes metodológicas que diferencian el método de la ciencia natural del fenomenológico adoptado por Jaspers. La búsqueda de una comprensión del todo de la vida psíquica será la intención de la psicopatología. La psicoterapia será el punto de encuentro entre el médico y el paciente en la búsqueda del esclarecimiento de sus realidades existenciales.

Introducción

ue el hijo mayor de tres hermanos. Sus ancestros eran campesinos, pastores y comerciantes que vivían en el norte de Alemania. Era un niño enfermizo desarrollando bronquiectasias durante su adolescencia, por lo que estuvo bajo cuidado médico permanente durante toda su vida.

En sus estudios tuvo un comportamiento caracterizado por su independencia frente a sus profesores, a quienes criticaba permanentemente, lo que le trajo dificultades con las autoridades educacionales, por lo cual fue sancionado frecuentemente.

Se incorporó a la escuela de Derecho pero sólo para satisfacer los deseos de su padre, que era abogado y banquero, pero al año siguiente comenzó los estudios de medicina en Berlín, luego en Gottingen para concluirlos en Heidelberg, donde posteriormente fue asistente de Franz Nissl en la cátedra de Psiquiatría.

Contrajo matrimonio con Gertrudis Mayer en 1910 durante sus años de estudiante.

En 1913 publica la Psicopatología General, que fue escrita a los 30 años, su obra de mayor importancia en psiquiatría y que se constituye en un hito en los estudios de psicopatología, tema de la presente exposición. Mantuvo su cargo en la Universidad de Heidelberg, en la clínica psiquiátrica hasta el año 1915. Durante este período Jaspers sólo entrevistaba a los pacientes que le interesaban, no tenía obligaciones horarias ni asistenciales, libertad que logró pues no recibía salario durante su estadía en Heidelberg.

Posteriormente mostró un mayor interés por la filosofía y en 1921 obtuvo la cátedra de Filosofía, la que mantuvo hasta 1937. En este período su preocupación se dirigió a establecer los límites del filosofar, intentando clarificar las relaciones entre la filosofía y la ciencia. Fue amigo del filósofo Ernst Mayer y de Martin Heidegger, con el cual se distanció posteriormente debido a la cercanía de este último con el nacional-socialismo. Con respecto a este movimiento, Jaspers en un comienzo pensó que no tendría mayor duración y se autodestruiría en el corto tiempo. Cuando el nacional-socialismo llegó al poder fue expulsado de la cátedra por sus ideas liberales y su matrimonio con una judía. Posteriormente se le permitió efectuar algunas publicaciones, pero finalmente se le prohíbe realizar cualquier labor académica.

En 1942 obtuvo permiso para trasladarse a Suiza pero con la condición de que su esposa judía permaneciera en Alemania, a lo que se negó y ella tuvo que ocultarse. Habían decidido suicidarse en caso de ser arrestados.

Luego de terminada la segunda guerra mundial le fue regresada su cátedra e intentó reconstruir la universidad desde el punto de vista moral y político, pero constató que escasos profesores se habían mantenido autónomos durante la época nazi.

Debido a sus diferencias con la política alemana de post guerra decidió trasladarse a Basilea, Suiza. Finalmente devolvió su pasaporte alemán y adquirió la nacionalidad suiza en 1967, donde permaneció hasta su fallecimiento en 1969 a los 86 años. En el momento de su muerte había publicado 30 libros además de 30.000 páginas escritas a mano.

Tuvo una vida azarosa debido a su salud física, pues sufría de bronquiectasia asociada a una insuficiencia cardíaca, que lo limitó en su desempeño, aunque, como se señala, falleció a avanzada edad, tal como lo habían anticipado algunos médicos.

Por lo tanto, el año 1999 se cumplieron 30 años de su muerte. Este texto pretende recordar la obra de este brillante pensador que influyó en varias disciplinas y se destacó por su calidad humana. Los que estudian la mente, el arte, la teología, la historia, la filosofía, pueden dar cuenta de la trascendencia que su obra dejó en estos variados campos del saber y del arte.

Su actividad como psiquiatra fue breve y abarca sólo el período entre 1909 y 1913. En tan breve tiempo influyó de manera importante en el pensar psiquiátrico, ya que con posterioridad se dedicó prácticamente en forma exclusiva a la filosofía (1).

Trasfondo de su pensar

Las ideas de Jaspers se enmarcan en la corriente fenomenológica. En el período que elabora su psicopatología están presentes corrientes tales como el positivismo, el psicoanálisis, la filosofía de Hegel y la fenomenología. El idealismo hegeliano representa un trasfondo desde el cual Jaspers intentará volver al estudio de los sujetos en cuanto seres humanos que padecen de trastornos mentales. Recibirá de la fenomenología de Husserl (1859-1940) una influencia de la cual intentará alejarse en cuanto considera que el análisis llevado a cabo por este autor representa un distanciamiento del hombre concreto, inserto en la cotidianeidad de su acontecer como un «ser en el mundo». El hombre, para Jaspers, deberá ser analizado como una pregunta por el ser, en cuanto este ser es existente. No se trata de preguntar desde un sujeto que objetiva su entorno considerando al ser humano como un objeto puro del conocimiento, tal como se desprende de un filosofar esencialista a la manera de Husserl, sino que, por el contrario, éste deberá ser comprendido como un ser o un estar en el mundo, en su existencia concreta, lo que «es para sí y se encamina hacia su propia trascendencia» (234).

Con respecto a la ciencia, Jaspers estará de acuerdo con algunos resultados empíricos derivados de su método, pero se distanciará de ésta en cuanto signifique un alejamiento de la comprensión del existir del hombre en aquello que representa lo propiamente humano, que se aleja de los análisis objetivantes y científicos a la manera de un positivismo radical.

La ciencia estaba plenamente desarrollada en el siglo XIX, sin embargo, posteriormente, se tomó conciencia acerca de sus principios y procedimientos, cuestionándose el fundamento de ellas, lo que trajo como consecuencia la revisión de su método, el que fue considerado como un artificio o un constructo de la razón para conocer la realidad. El artificio se basa en que el objeto de conocimiento es considerado por la ciencia experimental como dividida o separada por un lado en lo real o lo objetivo y, por otro, la abstracción que se efectúa para construir formulaciones teóricas.

La fenomenología intenta superar esta dicotomía de la ciencia experimental. La realidad tal como es y especialmente el sentido y las características de lo mental permanecen desconocidos en sí mismos, sostiene Jaspers. Lo que conocemos de la realidad mediante las ciencias naturales es sólo un constructo teórico donde el enlace entre teoría y realidad es un salto llevado a cabo por nuestra razón al formular leyes que rigen o representan lo real. Las leyes sólo corresponden a un artificio, las teorías científicas se destacan por su provisionalidad y arbitrariedad y no representan, según la fenomenología, la verdadera naturaleza del ser humano en cuanto sujeto que posee mente y vida psíquica, ya que tanto la realidad como la conciencia del sujeto son naturalizadas por el método científico.

Pero la fenomenología proseguirá buscando este ideal de cientificidad que proporcione evidencias fundadas en conclusiones que posean validez universal.

Las ciencias y el método experimental ejercen su acción sobre la realidad constituida como un objeto, es decir, efectúa una separación entre sujeto-objeto de modo tal, que el ser humano, su mente, su psiquismo son reducidos a hechos objetivos para ser estudiados mediante ya sea la experimentación o la observación. De este modo, el ser humano no es comprendido como una totalidad, sino que es reducido a hechos espacio-temporales determinados, tal como sucede por ejemplo en la física, la química, etc.

Para la fenomenología, el aplicar este esquema a la psicología ha provocado una limitación, ya que la conciencia, el conocimiento, la realidad y el sujeto permanecen naturalizados y no permiten esclarecer los problemas auténticamente humanos. El fenomenólogo debe trascender los límites que le impone el método científico, debe superar las ciencias experimentales y situarse en otro ámbito desde el cual le sea posible captar, estudiar y comprender lo mental. Este nuevo campo será el de la conciencia del sujeto donde se podrá obtener la validez de todo conocimiento posible (5).

Para la fenomenología el acontecer es el ser mismo. El fenómeno, aquello que es capaz de ser comprendido, estudiado por la conciencia, no le subyace nada, no posee un substrato más allá del propio fenómeno, es lo que se da directamente frente a la conciencia para descubrir su verdad. Como fenómeno, lo psíquico es diferente a lo corpóreo, que puede ser estudiado o se rige por las leyes de las ciencias naturales. Para el fenomenólogo el cuerpo se constituye como un fenómeno ante la conciencia de aquel que lo estudia. Lo fenomenal actúa como un flujo, nunca los fenómenos son iguales unos de otros, no permanecen idénticos, es acontecer puro, no pueden ser naturalizados, pues si lo hacen se escapa lo esencial.

Volver a las cosas mismas, uno de los postulados de la fenomenología, significa volver a este mundo anterior a la abstracción que efectúan las ciencias, que a través de su método se alejan de la verdadera naturaleza de las cosas.

Jaspers define la fenomenología así:

«Tiene la misión de representar intuitivamente los estados psíquicos que experimentan los enfermos, según sus condiciones de afinidad, se limitan, se distinguen y se aplican términos precisos. Con esta finalidad se describen las manifestaciones externas del estado anímico, se estudian sus condiciones, se comparan entre ellas mediante autodescripciones y confidencias de los enfermos» (6).

A diferencia de Husserl, que intentaba conocer las esencias, en Jaspers la fenomenología es un procedimiento empírico que surge de la comunicación de los enfermos, de la experiencia descrita por medio de categorías sistemáticas, formulaciones y comparaciones contrastantes, exhibición del parentesco de los fenómenos, su ordenamiento en series y sus transiciones. Se debe buscar la imparcialidad en la contemplación del fenómeno a través de un esfuerzo crítico y trabajo laborioso. Se trata de una captación directa, sin prejuicios de lo psíquico, tal como es, en su existencia real.

Sólo lo que está en la conciencia debe ser representado y analizado, dejando de lado las teorías, las interpretaciones, las construcciones psicológicas, las apreciaciones subjetivas. Hay que informarse de todo fenómeno psíquico, de toda vivencia en la exploración de los enfermos y en sus autodescripciones. Se debe ejercitar la contemplación de lo experimentado directamente por los enfermos para reconocer lo propio del fenómeno.

Concepto de psicopatología en Jaspers

Dice Jaspers que el objeto de la psicopatología es el acontecer psíquico realmente consciente. Comprende tanto las vivencias como se expresan objetivamente en cuanto representan acontecimientos psicológicos, aunque la frontera entre lo psicológico y lo psicopatológico es a menudo tenue. El psicopatólogo debe estudiar los fenómenos normales para comprender los patológicos. La psicopatología está estrechamente relacionada con la psicología y la medicina somática. También posee importancia la filosofía, que le da al psicopatólogo una perspectiva para la claridad en los conocimientos, aunque las valoraciones éticas y metafísicas son independientes de los análisis psicopatológicos.

La psicopatología estudia al hombre que tiene por característica el ser libre, la reflexión, el espíritu, a diferencia del animal, que cumple automáticamente con las leyes naturales. El hombre en sus enfermedades somáticas es semejante al animal, pero las enfermedades psíquicas representan algo nuevo ya que afectan el alma. El alma no es para el psicopatólogo un objeto, sino que son sus expresiones, sus manifestaciones somáticas, el lenguaje, las obras, los que pueden ser estudiados. No es un objeto con cualidades, sino un ser en el mundo. Es devenir, desarrollo, diferenciación, nada definitivo y acabado.

La conciencia es la manifestación del alma. La conciencia es primariamente interioridad de un vivenciar. Es conciencia objetiva, un saber de algo. Ésta se diferencia de lo inconsciente y lo extraconsciente.

Para poder dar explicaciones hay que atribuir al alma una estructura extraconsciente teóricamente imaginada para estos fines explicativos. El alma como vivencia es la superficie de algo más profundo que sólo puede ser entendido en forma indirecta a través de nociones teóricas. Éstas nunca son probadas en sí mismas, sino sólo por sus consecuencias, objeto de los mecanismos extraconscientes. Lo inconsciente está, por un lado, conformado por lo inadvertido que se hace consciente en determinados momentos, y lo extraconsciente que nunca puede ser advertido y también nunca puede ser demostrado.

En la psicopatología se reúnen los métodos de todas las ciencias. Biología, estadística, matemática, ciencias del espíritu, sociología, se aplican en ella ya que estudia al ser humano como un todo en cuanto enfermo.

De este modo, además de la fenomenología como método se incorporan otras perspectivas y los resultados aportados por las ciencias, otras psicologías, etc., para llegar finalmente a una comprensión abarcativa de todo el saber psicopatológico. Cada una de estas corrientes representa aportes que culminan con la búsqueda de la comprensión por el todo del ser humano (6).

El método de la psicopatología

El método fenomenológico se enfrenta de un modo diferente a como había sido la posición del investigador hasta esa fecha. Previamente el observador anotaba las conductas externas del individuo, por ejemplo el tema de los delirios, tipos de pensamiento, describiendo los síntomas en forma externa. Estas vivencias morbosas, dice Jaspers, deben delimitarse y distinguirse en la forma más exacta posible. Se trata de ahondar en los síntomas tanto externos como subjetivos, los que se manifiestan en la intimidad del sujeto que son los de mayor valor diagnóstico. Esto fue novedoso para la época de Jaspers ya que el psiquiatra no es ya un mero observador, sino que intenta experimentar estas vivencias. Es necesario que el enfermo escriba o relate sus vivencias morbosas espontáneamente de la forma más exacta posible y libre de cualquier influencia.

Su método será destacar, delimitar, diferenciar y describir los fenómenos mentales que de esta forma quedarán actualizados en lo que realmente sucede en el paciente, lo que verdaderamente vivencia, como algo que le es dado en su conciencia. Este estudio de las vivencias rebasa las consideraciones meramente teóricas que distorsionan o no comprenden el vivenciar tal como éste se manifiesta en la conciencia. Se deben dejar atrás las teorías tradicionales, las construcciones psicológicas, para dedicarse a aquello que podamos comprender y captar, diferenciar y describir en su existencia real, superando los prejuicios teóricos.

La seguridad que se alcanza a través del método científico-objetivo se logra en fenomenología por medio de las comparaciones, repeticiones y reexamen de las vivencias, tal como ocurre en las ciencias empíricas al comparar, repetir y reexaminar los hallazgos científico-naturales en el método científico experimental.

En resumen, el método fenomenológico se relacionará sólo con lo que es realmente vivenciado, con lo intuible y no con aquello que considere un supuesto teórico. La fenomenología ve a lo mental como una actualización inmediata y no se preocupa de la génesis causal de los fenómenos mentales.

Un concepto importante en la psicopatología lo constituye la diferenciación entre comprensión y explicación. Estos conceptos resumen las distintas formas de acercamiento a lo mental, representado por la explicación científica y la comprensión fenomenológica (Tabla 1).

Sin embargo, para Jaspers no hay contradicción entre la comprensión y la explicación. Lo que los hace diferentes son las conexiones en que se encuentran los fenómenos. Todo fenómeno puede ser objeto de una explicación causal. Esto hace posible la explicación de las causas, pero no hace comprensible la conexión entre los fenómenos. La explicación y la comprensión apuntan a conocimientos que se expresan desde ángulos distintos. No hay fenómenos que puedan ser explicados y comprendidos en forma simultánea.

Plan de la obra de Jaspers

Jaspers estructurará su obra en partes y capítulos que contendrán la concepción que posee de la psicopatología. El plan es el que se muestra en la Tabla 2.

En este esquema de la obra se observa la finalidad o cómo el autor entiende el quehacer psicopatológico. Jaspers abarcará prácticamente todo el campo del conocer del psiquiatra, comenzando por los fenómenos mentales, sus descripciones, lo que denomina verdaderamente fenomenología. Proseguirá con las relaciones comprensibles, lo que significa una elaboración de lo mental desde un sujeto que intenta obtener una significación del otro, en un plano más allá que los meros procesos biológicos. Luego proseguirá con lo causal, lo explicativo, abordando el terreno de aquello que puede ser medible a través de la ciencia experimental.

Luego buscará una síntesis de lo anteriormente expuesto agregando el contexto histórico y social, para finalizar con el todo del ser humano, donde se obtendrá la verdadera comprensión del conjunto de la vida psíquica tomando al hombre como una totalidad indivisible, donde adquiere su verdadera primacía, como un ser en el mundo, en su existencia, y el uso que hace de todas sus capacidades como ser libre.

Es largo detallar el contenido de la Psicopatología General. Cabe destacar que las ideas jaspersianas siguen vigentes hoy en los análisis psicopatológicos. A Jaspers le debemos el análisis de los conceptos de percepción y representación, ilusiones, alucinaciones y pseudoalucinaciones, ideas delirantes primarias. Profundizará el concepto de conciencia, funciones del yo, reacción, período, fase, brote (67). Vigente está la idea de proceso y desarrollo que se explicitará a continuación (Tabla 3).

Esta diferenciación tendrá consecuencias para el pensar psiquiátrico, pues del desarrollo se obtendrán los cuadros paranoideos, actualmente trastornos delirantes. El término procesal ha sido aplicado a la esquizofrenia y para algunos autores ha llegado a ser sinónimo de esta entidad nosológica.

Acerca del todo (el conjunto de la vida psíquica)

La vida se manifiesta como un todo, pero los hechos se deben analizar en forma particular, ya que el todo no puede ser captado en forma completa. Para aprehender la totalidad se debe estudiar el curso de la vida, lo particular. El todo es como el infinito, no se puede agotar jamás. En el ser humano las relaciones entre cuerpo y alma se dan en una totalidad. En cuanto a la psicopatología, el todo lo podemos encontrar en las unidades nosológicas.

El ser humano es único, tiene su propia posición que se expresa en mejor forma a través de la filosofía y la teología. El ser humano es abarcativo como existir, espíritu, razón, existencia. Es una posibilidad abierta, no terminada y no terminable. Se realiza en determinadas manifestaciones, acciones e ideas.

El hombre como un todo no se convierte en objeto de conocimiento. No hay sistema del ser humano, siempre la totalidad es mayor. El conocimiento se efectúa sobre factores particulares como una realidad, pero la realidad del hombre no es definitiva. Ningún hombre es totalmente abarcable, no se puede efectuar un juicio definitivo, es inagotable y enigmático. Por este motivo el hombre no puede ser conocido por las ciencias naturales, ya que no puede ser captado por ninguna objetividad. La ciencia, por su propio método, tiende a encubrir al ser mismo. Mediante la psicología empírica se conocen hechos, pero la psicopatología comprensiva debe conocer los símbolos, la existencia que no se reduce a objetos, sino que representa en forma más cercana al hombre mismo.

Psicoterapia en Jaspers

El aspecto más importante en la relación médico-paciente, dice Jaspers, es una comunidad existencial que va más allá de toda terapia. El médico no se podrá distanciar totalmente del paciente, siempre existe alguna simpatía o antipatía, debe colocarse en el lugar del enfermo. El paciente busca un destino y el médico le ayuda a su esclarecimiento, ya que ambos poseen un destino, aunque en el paciente la libertad le está restringida por el proceso patológico. El médico es una autoridad para el paciente, pero también es existencia para una existencia pues ambos buscan la trascendencia.

Los límites de la psicoterapia son insuperables:

1. Nunca puede suplantar lo que aporta la vida misma. De hecho, no se debe olvidar que se trata de un procedimiento artificial.

2. El ser del hombre en sí no puede cambiar. Existe un carácter que persiste, originario e incluso ontológico. Toda terapia debe reconocer este «ser así» para que se ajuste a estos límites. Se trata no de redimir al hombre sino de iluminarlo, pues cada hombre posee una filosofía acerca de su propia existencia.

De este modo, la realidad del mundo circundante y lo dado por el «ser así» constituyen los límites del esfuerzo psicoterapéutico, en el cual el médico y el paciente deben estar comprometidos dando lugar a la modestia, a la renuncia, como también a nuevas posibilidades en la vida del paciente.

La autoridad puede ser benéfica pero se debe considerar la «transferencia» propuesta por Freud con respecto a los impulsos hacia el médico, la que debe ser reconocida y superada.

El médico siempre provoca un efecto moral o psíquico en sus pacientes. Un peligro proveniente del médico es el fanatismo en los esquemas científico-naturales, al basarse en los resultados de la medicina somática, de la fisiología, de las ciencias naturales. El médico deberá buscar una posición intermedia entre el ideal científico y la libertad del sujeto. Debe actuar sin prejuicios, en forma bondadosa. Además, un determinado médico sólo es buen terapeuta para un determinado círculo de personas a los que se ajusta y buscan la terapia con él.

También se deben evitar los fanatismos psicologicistas que tienden a hacer de la terapia una finalidad en sí, ya que esta posición se acerca a un fanatismo religioso. Ambas situaciones, tanto el extremismo del médico científico-natural como la actitud egocéntrica de una atmósfera psicologicista, menoscaban la libertad del hombre.

Deben existir instituciones que den normas de derecho y prevengan los peligros a que puede llevar la psicoterapia como instrumento de poder social. Además el psicoterapeuta debe autoesclarecerse, debe ayudarse a sí mismo, y de ahí la demanda por un tratamiento autoinstructivo, que debe ser supervisado. La psicoterapia debe utilizarse en sujetos con enfermedades o bien como ayuda para todos los que no necesariamente padecen de trastornos importantes.

Los terapeutas deben ser superiores en cuanto a sabiduría, ser bondadosos; debe existir vocación; sólo las personas maduras pueden dedicarse a la psicoterapia. Debe ser un hombre culto que se nutra del conocimiento de la filosofía griega, de otros filósofos y, además, se conozca a sí mismo.

Por lo mencionado, Jaspers establece sólo normas generales sobre la psicoterapia, sus condiciones y peligros, sin entrar en detalles. Cabe destacar que la psicoterapia no estaba desarrollada en su tiempo, como también que la ciencia natural había alcanzado una gran influencia y dominaba la época en que fue escrita la psicopatología.

Legado

Jaspers efectúa un profundo estudio de los pacientes, con análisis minuciosos de las historias clínicas, intentando ver en ellas lo central del acontecer psíquico, comprendiendo las relaciones psíquicas que se establecen en la conciencia del individuo, lugar donde se desenvuelve la psicopatología. Un enfermo bien estudiado dará claridad sobre la naturaleza de lo mórbido, intentando vincular las vivencias con el entorno y con las circunstancias concretas en que se desenvuelve el individuo. Ningún ser humano es igual a otro, como tampoco los cuadros patológicos son idénticos; sin embargo, existen semejanzas que es necesario descubrir.

De Husserl adoptará el enfoque fenomenológico, pero se apartará de él al valorar la existencia por sobre las reducciones eidéticas que captan las esencias de los objetos ante la conciencia. El hombre está en estrecha relación con lo social, lo biológico y espiritual.

Continuará y profundizará los conocimientos de sus antecesores como Kraepelin, Moebius, Bonhoeffer quienes incorporaron a la psiquiatría los conceptos de lo endógeno y exógeno. Los aportes de Jaspers a la idea de proceso, desarrollo, fase, lo comprensible e incomprensible, se mantienen hasta nuestros días. El concepto de reacción ha sido útil para comprender el desencadenamiento de cuadros endógenos o una reacción psicógena propiamente tal.

Con respecto a la comprensión, estaba ya presente previamente, pero Jaspers efectuó un estudio sistemático sobre este concepto en su psicopatología. El buscar la comprensión desde dentro no significa pensar en el hombre en forma aislada. El ser humano debe ser comprendido por sus condicionantes ambientales e históricos.

En un comienzo relacionó las vivencias comprensibles con los motivos, pero después con aspectos sanos incomprensibles relacionados con la biología, como por ejemplo los cambios maduracionales, crisis de la pubertad y climaterio.

La comprensión hace uso tanto de la razón como de la empatía. Pensaba que la comprensión subjetiva podía permitir una diferenciación entre lo sano y lo enfermo, entre «desarrollo sano y proceso enfermo». El término proceso proviene de sus antecesores, pero con Jaspers este concepto adquirió relevancia. El proceso no es una comprensión, sino una explicación, pero esto no quiere decir que al interior de un proceso psicótico no existan elementos comprensibles. Posteriormente el término proceso adquirió un valor pronóstico, asociándose a una mala evolución de los cuadros clínicos.

Se puede decir que para Jaspers «la práctica médica y la filosofía eran para él una misma cosa. El ser médico era su filosofía concreta». Existía una admiración por el filosofar que se traducía en su propia personalidad.

El hombre, según Jaspers, asume su libertad que lo compromete en su existencia, toma decisiones libres que guardan armonía con su desarrollo personal buscando su propio destino. Éste es el resultado de un desarrollo recíproco entre las influencias externas al individuo y su disposición interna. La autenticidad del ser humano será para Jaspers el resultado de su libertad, aunque ésta a menudo no pueda manifestarse en forma permanente y sólo se consigue después de un laborioso esfuerzo, especialmente en las enfermedades mentales.

Fuente: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-92272000000300004



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